Oficio de Viernes Santo….La Tradición y los Judíos…


Estos pocos párrafos, fueron extraídos del libro El Kahal-Oro, cuyo autor es el escritor Martinez-Zuviría, más conocido como Hugo Wast.

“Abramos el oficio litúrgico en las paginas correspondientes al viernes santo y escuchemos las oraciones que reza en alta voz el sacerdote en la principal de las ceremonias, que se llama  la misa “de los presantificados”, misa  que no tiene introito, ni gloria, ni credo, ni consagración. Se reduce especialmente a las oraciones que entona el celebrante y que el pueblo acompaña puesto de pie. Invita a rezar primero por el papa,  después obispos, luego sacerdotes, y otras órdenes de la jerarquía eclesiástica. Luego, por el emperador, el rey, el gobernante, enseguida por los catecúmenos y por  los herejes y los cismáticos y los judíos y los pagamos, y finalmente por los enfermos, prisioneros y viajeros.
Es digno de notarse que cuando se refiere a los herejes, cismáticos y paganos, no los califica de ninguna manera. Tan solo se limita a decir: “oremos por los herejes y cismáticos”, “oremos por los paganos”, pero cuando se refiere a los judíos, la iglesia cambia de estilo, y solamente, a ellos les agrega un enérgico calificativo: “oremos por los pérfidos judíos”, y en seguida les remacha el adjetivo agregando estas palabras; “Dios todo poderoso y eterno que no excluís de tu misericordia  ni siquiera a la perfidia de los judíos, escuchad las oraciones”.
Muy curioso además, y vale llamar sobre esto la atención, es que estando el pueblo de pie, al comenzar cada oración del viernes santo, la iglesia manda arrodillarse un momento, después que el sacerdote indica por quienes se está rezando, sea el papa, los obispos, los paganos, o herejes y cismáticos, el diácono invita a ponerse de rodillas con aquellas frase que hemos oído mil veces, “doblemos las rodillas”.
Solamente cuando se reza por los judíos, la iglesia no nos ordena ponernos de rodillas ni siquiera el viernes santo. Que quiere decir esta particular diferencia?...Porque todo en la liturgia tiene su intensión. Aún los ritos más insignificantes en apariencia, entrañan un sentido profundo, y cuando la Iglesia los mantiene por siglos y siglos, sin modificarlos, a pesar de las gestiones que sin duda se habrán hecho, por algo será.
La explicación, puede ser la siguiente. La iglesia, manda rezar por la conversión de todos los herejes, cismáticos y paganos, arrodillándonos, porque no teme que se conviertan falsamente, y se introduzcan en el cuerpo del catolicismo para obrar la destrucción. Pero esta confianza no la tiene con los judíos, y al rezar por ellos, nos manda REZAR DE PIE, preparados para defendernos, porque, ni siquiera convertidos, los cree seguros.
“El pérfido Judá no ha vuelto a mi de corazón, lo ha hecho con falsía”. Así dice el señor Dios que los conocía muy bien.”



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